La Escuela es
considerada como un espacio de formación en su totalidad. Lo que sucede dentro
y fuera de las aulas, la forma como se asumen los compromisos, como se
promueven, visibilizan y regulan los conflictos y como se interactúa, son parte
del conocimiento y del desarrollo total de los miembros de la comunidad como seres
sociales. Así mismo, la comunidad educativa no se restringe a maestros,
estudiantes y directivos, sino que acoge como miembros legítimos al personal de
servicios, con quienes se comparte desde referentes distintos, las
preocupaciones por construir en el entorno escolar ambientes propicios para la
vida y el conocimiento. En las situaciones escolares, tanto en el aula como
fuera de ella, se propicia la construcción de situaciones legítimas de búsqueda
que se abocan desde lo lúdico y lo discursivo, desde lo individual y lo
colectivo, desde la norma construida y los contextos de ocurrencia que la
transforman, desde el error y el reconocimiento.
El Ambiente
Educativo, entendido como el resultado del entramado de interacciones, entre
los actores escolares con el currículo, el conocimiento, el espacio físico, entre
otros, puede constituirse o bien en un camino con múltiples posibilidades de
transformación escolar en la convivencia generando ambientes de confianza o en
un camino único con mínimas posibilidades de transformación produciendo medidas
de control permanentes. En el entramado de interacciones entre los sujetos y el
currículo uno de los actores principales es el maestro; a través de él, con él
y desde él se canalizan o se proponen otras acciones frente a las políticas
educativas, los programas curriculares, en fin el sistema educativo del país.
De acuerdo a la actitud y concepción que adopte el maestro frente al sistema
educativo de este mismo modo será su actuación en la escuela y en la clase. La
diferencia en la manera como se plantean estos Ambientes Educativos radica en
las formas de ver, de leer y de asumir el mundo. Uno que ha sido característico
en nuestra educación, está relacionado con la mirada del mundo por propiedades,
donde las cosas se caracterizan de una manera definitiva limitando la
construcción de una forma diferente porque todo está predeterminado. Otra mirada del mundo es a partir de la
corriente epistemológica centrada en las interacciones, una visión
contemporánea de entender las relaciones entre los sujetos y de estos con el
conocimiento.
El
ambiente usual
La mirada por
propiedades ha hecho que la imagen de individuo sea la de un ser predeterminado
(por cosas como la raza, la religión, la clase social, la política, el género,
etc.) esto conduce a que se establezcan unas estrategias que pretenden
homogeneizar las miradas, los comportamientos y formas de asumir la vida. Esta
es una constante que se aplica a los objetos, al comportamiento de las
personas, a los hechos sociales, a los eventos de la naturaleza, entre otros.
Lo que conduce a que desarrollemos un pensamiento casuístico, esto hace que se
vean unas relaciones unidireccionales causa-efecto donde el efecto es el
resultado de una causa que se puede controlar pero a la vez esa causa siempre
va a producir el mismo efecto sin tener en cuenta el objeto sobre el cual se
está realizando el evento. La incidencia de esta mirada hace que en aula se
construya un ambiente de clase caracterizado por: El maestro es quien tiene el
conocimiento y la autoridad. · El conocimiento se encuentra en los textos y
tiene que ser igual para todos, por lo tanto hay que memorizarlo. · En la
evaluación todos los estudiantes deben responder de igual manera. · Existe una
distribución espacial que privilegia la individualidad y la competencia. · Las
situaciones que se generan cotidianamente no tienen una reflexión sino que
responden a unos incentivos y a unos castigos.
El
ambiente generado por interacciones
Otra manera de
asumir el ambiente educativo es el que hemos venido construyendo a través de la
reflexión permanente de nuestro hacer pedagógico y la discusión de diversas
lecturas sobre la visión epistemológica centrada en las interacciones. En esta
visión los objetos, el comportamiento de las personas, los hechos sociales, los
eventos de la naturaleza, entre otros, son el resultado del encuentro de una
serie de relaciones, cada una de estas relaciones incide de cierta manera, pero
a la vez cada una hace parte de la totalidad, es así que se configura un ambiente,
objeto o hecho social en particular.
Esta nueva condición que emerge hace que se transformen las miradas de
cada sujeto que participa en esos encuentros y que en las situaciones futuras
se presentan con una nueva historia y concepción de mundo. Es por ello que se
puede afirmar que en un ambiente generado desde las interacciones la dinámica
es cambiante y no es unidireccional y predeterminada. En el aula de clase
cotidianamente se dan muchas situaciones que generan cambios por ejemplo: la
discusión, la conversación, el conflicto donde cada individuo hace presencia
con su carga histórica, emocional y con su concepción de mundo a enriquecer y
modificar esa serie de interacciones. La incidencia de esta mirada hace que en
aula se construya un ambiente de clase caracterizado por:
El maestro sabe
que los estudiantes tiene mucho por decir acerca de cualquier tema. El maestro
es el que acompaña y a la vez hace su investigación. · Las fuentes de
conocimiento son diversas: estudiantes, padres de familia, especialistas,
libros, etc. y sus construcciones son válidas en la medida en que surgen de su
experiencia personal. · Sus construcciones cognitivas se van transformando,
reestructurando o abandonando cuando se está en interacción con los otros y se
ponen en juego los diferentes argumentos a partir de las prácticas que se
proponen en el aula de clase. · Se privilegia el colectivo porque se necesita
de los otros para plantear discusiones que permiten la reelaboración de las
ideas individuales que conducen a un nuevo aprendizaje. · Las situaciones
cotidianas son el resultado de múltiples interacciones de los diferentes
miembros del grupo que se van transformando permanentemente con su historia y
manera de ver el mundo, por esta razón no se pueden predeterminar. Es por ello
que cada vez se invita a la reflexión en las diferentes situaciones de la vida
escolar.
Los
nuevos escenarios del aprendizaje
La aparición de
nuevos ambientes de aprendizaje solo tiene sentido en el conjunto de cambios
que afectan a todos los elementos del proceso educativo (objetivos, contenidos,
profesores, alumnos...). Los cambios en educación, a cualquier escala, para que
sean duraderos y puedan asentarse requieren que cualquier afectado por dicho
cambio entienda y comparta la misma visión de cómo la innovación hará que
mejore la educación: Profesores, administradores, padres y la comunidad
educativa entera deben estar involucrados en la concepción y planificación del
cambio desde el primer momento.
La comprensión de
lo que suponen estos cambios puede entenderse mejor mediante lo que Rhodes
(1994) describe como construcción de escenarios. Un escenario viene a ser la
descripción, en detalle, de lo que estamos concibiendo o imaginando y de lo que
significaría, llevado a la realidad, para un grupo particular. En educación los
escenarios suelen describir un día o una situación concreta de estudiante o de
profesor en un contexto educativo del futuro, y el proceso de creación de estos
escenarios ayuda a los implicados en la planificación del cambio a que tengan
una mejor comprensión de todo el proceso. Describir escenarios de aprendizaje
propiciados por las nuevas tecnologías nos ayudará en el diseño y creación de
ambientes de aprendizaje adecuados a las nuevas coordenadas espacio-temporales,
a los nuevos objetivos educativos, etc., de tal forma que podamos comprender
cómo los cambios afectan a los estudiantes, profesores, centros y a la
comunidad. Nuevos escenarios pueden
referirse, tanto al impacto que la introducción de las TIC tiene en la
enseñanza convencional, como a la configuración de nuevos escenarios para el
aprendizaje. Entre el aula convencional y las posibilidades de acceso a
materiales de aprendizaje desde cualquier punto a través de telecomunicaciones
existe todo un abanico de posibilidades de acceso a recursos de aprendizaje y
de establecer comunicación educativa que deben ser considerados, sobre todo en
una proyección de futuro.
En cuanto a lo
que consideramos enseñanza convencional, es decir, aquellos ambientes
instructivos caracterizados por su organización dentro de un centro educativo
que acoge un profesor y una treintena de alumnos y que sigue las pautas de
distribución espacial y temporal tradicionales, no parece que la llegada de las
nuevas tecnologías vaya a incidir con la actual tecnología. Incidir, en el
sentido de transformar el sistema. Las TIC se irán introduciendo como un
recurso más, como una herramienta, como un importante banco de recursos, sin
provocar cambios importantes en la forma de enseñar. Constituyendo, eso sí, un
preciado recurso para profesores y alumnos. En este ámbito urge la explotación
de las posibilidades de las redes, que añaden una perspectiva más global y
potencian la comunicación, dando una dimensión más abierta a la introducción de
las TIC. Pero, al mismo tiempo, se percibe cierta evolución hacia modalidades
de aprendizaje abierto, con una oferta educativa flexible, que sirva tanto para
aquellos alumnos que siguen la enseñanza presencial, como aquellos que siguen
la enseñanza a distancia o por cualquiera de las fórmulas mixtas. Ello requiere
modelos pedagógicos nuevos y un fuerte apoyo de tecnologías multimedia
interactivas. Las redes de comunicación introducen una configuración
tecnológica que potencia este aprendizaje más flexible y, al mismo tiempo, la
existencia de nuevos escenarios del aprendizaje. Del abanico de posibilidades que ofrecen
podemos contemplar tres escenarios (Hiltz, 1992; Salinas, 1995): aprendizaje en
casa, aprendizaje en el puesto de trabajo y aprendizaje en un centro de
recursos de aprendizaje o centro de recursos multimedia.
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