viernes, 2 de diciembre de 2011

CURRÍCULO QUE DESARROLLE LAS INTELIGENCIAS MULTIPLES


En este punto, y como advertencia preliminar, es preciso tener en cuenta que Armstrong hace un trueque del término "didáctica" (acto de enseñar) por el de "desarrollo curricular"; cuestión que ha producido cierto desconcierto en algunos lectores. No es arbitrariedad del autor, sino consecuencia del cambio que se ha ido produciendo en diferentes países a partir de 1980, como resultado de la influencia de la pedagogía anglosajona o, mejor dicho, de autores de ese ámbito cultural. Armstrong afirma: "La mayor contribución de la teoría de las IM a la educación es sugerir que los docentes deben expandir su repertorio de técnicas, herramientas y estrategias más allá de las típicas que se usan en las aulas." Si bien se refiere al contexto de los Estados Unidos, esto es extensivo a otros países- Pero esa no es la cuestión. Si ésta es su contribución más importante, no es nada novedoso. El mismo Armstrong hace referencia a los antecedentes de una pedagogía que va más allá de lo verbal, desde Platón, pasando por Rousseau, Pestalozzi, Froebel, Montessori y Dewey. Podríamos añadir a esta lista más de una decena de pedagogos latinoamericanos.  De igual modo, es poco aceptable que la teoría de las IM sea un "metamodelo" para "organizar y sintetizar todas las innovaciones educativas que han buscado romper este enfoque tradicional del aprendizaje". ¿Dónde están los trabajos de organización y síntesis elaborados por este pretendido "metamodelo"?

Los llamados materiales y métodos clave para la enseñanza son una serie de procedimientos que el autor diferencia según los distintos tipos de inteligencia; hace referencia a procedimientos que han venido siendo utilizados desde mucho tiempo antes de la formulación de la teoría de las IM. En América Latina, aun fuera de la educación formal y dentro de la llamada educación popular, se han desarrollado muchas de las técnicas y los procedimientos que propone este autor. En otro pasaje se afirma: "En un nivel más profundo, sin embargo, la teoría de las IM sugiere un conjunto de parámetros dentro de los cuales los educadores pueden crear nuevos planes de estudio." Creemos que esto ejemplifica lo que afirmamos en otra parte del libro: pedir a esta teoría lo que no puede dar. Esto no quita que la nueva perspectiva que ofrece, especialmente en lo referente a la inteligencia, ayude a formular de mane a diferente los planes de estudio; pero que los educadores, por el solo hecho de conocer la teoría de las IM, elaboren nuevos planes de estudio, nos parece una fantasía sin fundamentos reales. ¿En dónde se ha hecho esto? Todos los materiales y procedimientos que indica, que puede estimular cada una de las inteligencias, son útiles para el docente cuando quiere superar las modalidades tradicionales de "dictar clases". Sin embargo, ¿cómo traducirlo en la práctica del trabajo de aula? No he podido constatar la posibilidad de llevar a la práctica la propuesta de planificación; quizás porque tendría que conocer mucho más las escuelas de los Estados Unidos en las que se realizaron las experiencias.

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