viernes, 2 de diciembre de 2011

EL AMBIENTE EDUCATIVO COMO ESPACIO DE FORMACIÓN FUNDAMENTAL EN LA ESCUELA


La Escuela es considerada como un espacio de formación en su totalidad. Lo que sucede dentro y fuera de las aulas, la forma como se asumen los compromisos, como se promueven, visibilizan y regulan los conflictos y como se interactúa, son parte del conocimiento y del desarrollo total de los miembros de la comunidad como seres sociales. Así mismo, la comunidad educativa no se restringe a maestros, estudiantes y directivos, sino que acoge como miembros legítimos al personal de servicios, con quienes se comparte desde referentes distintos, las preocupaciones por construir en el entorno escolar ambientes propicios para la vida y el conocimiento. En las situaciones escolares, tanto en el aula como fuera de ella, se propicia la construcción de situaciones legítimas de búsqueda que se abocan desde lo lúdico y lo discursivo, desde lo individual y lo colectivo, desde la norma construida y los contextos de ocurrencia que la transforman, desde el error y el reconocimiento.

El Ambiente Educativo, entendido como el resultado del entramado de interacciones, entre los actores escolares con el currículo, el conocimiento, el espacio físico, entre otros, puede constituirse o bien en un camino con múltiples posibilidades de transformación escolar en la convivencia generando ambientes de confianza o en un camino único con mínimas posibilidades de transformación produciendo medidas de control permanentes. En el entramado de interacciones entre los sujetos y el currículo uno de los actores principales es el maestro; a través de él, con él y desde él se canalizan o se proponen otras acciones frente a las políticas educativas, los programas curriculares, en fin el sistema educativo del país. De acuerdo a la actitud y concepción que adopte el maestro frente al sistema educativo de este mismo modo será su actuación en la escuela y en la clase. La diferencia en la manera como se plantean estos Ambientes Educativos radica en las formas de ver, de leer y de asumir el mundo. Uno que ha sido característico en nuestra educación, está relacionado con la mirada del mundo por propiedades, donde las cosas se caracterizan de una manera definitiva limitando la construcción de una forma diferente porque todo está predeterminado.  Otra mirada del mundo es a partir de la corriente epistemológica centrada en las interacciones, una visión contemporánea de entender las relaciones entre los sujetos y de estos con el conocimiento.

El ambiente usual

La mirada por propiedades ha hecho que la imagen de individuo sea la de un ser predeterminado (por cosas como la raza, la religión, la clase social, la política, el género, etc.) esto conduce a que se establezcan unas estrategias que pretenden homogeneizar las miradas, los comportamientos y formas de asumir la vida. Esta es una constante que se aplica a los objetos, al comportamiento de las personas, a los hechos sociales, a los eventos de la naturaleza, entre otros. Lo que conduce a que desarrollemos un pensamiento casuístico, esto hace que se vean unas relaciones unidireccionales causa-efecto donde el efecto es el resultado de una causa que se puede controlar pero a la vez esa causa siempre va a producir el mismo efecto sin tener en cuenta el objeto sobre el cual se está realizando el evento. La incidencia de esta mirada hace que en aula se construya un ambiente de clase caracterizado por: El maestro es quien tiene el conocimiento y la autoridad. · El conocimiento se encuentra en los textos y tiene que ser igual para todos, por lo tanto hay que memorizarlo. · En la evaluación todos los estudiantes deben responder de igual manera. · Existe una distribución espacial que privilegia la individualidad y la competencia. · Las situaciones que se generan cotidianamente no tienen una reflexión sino que responden a unos incentivos y a unos castigos.

 El ambiente generado por interacciones

Otra manera de asumir el ambiente educativo es el que hemos venido construyendo a través de la reflexión permanente de nuestro hacer pedagógico y la discusión de diversas lecturas sobre la visión epistemológica centrada en las interacciones. En esta visión los objetos, el comportamiento de las personas, los hechos sociales, los eventos de la naturaleza, entre otros, son el resultado del encuentro de una serie de relaciones, cada una de estas relaciones incide de cierta manera, pero a la vez cada una hace parte de la totalidad, es así que se configura un ambiente, objeto o hecho social en particular.  Esta nueva condición que emerge hace que se transformen las miradas de cada sujeto que participa en esos encuentros y que en las situaciones futuras se presentan con una nueva historia y concepción de mundo. Es por ello que se puede afirmar que en un ambiente generado desde las interacciones la dinámica es cambiante y no es unidireccional y predeterminada. En el aula de clase cotidianamente se dan muchas situaciones que generan cambios por ejemplo: la discusión, la conversación, el conflicto donde cada individuo hace presencia con su carga histórica, emocional y con su concepción de mundo a enriquecer y modificar esa serie de interacciones. La incidencia de esta mirada hace que en aula se construya un ambiente de clase caracterizado por:

El maestro sabe que los estudiantes tiene mucho por decir acerca de cualquier tema. El maestro es el que acompaña y a la vez hace su investigación. · Las fuentes de conocimiento son diversas: estudiantes, padres de familia, especialistas, libros, etc. y sus construcciones son válidas en la medida en que surgen de su experiencia personal. · Sus construcciones cognitivas se van transformando, reestructurando o abandonando cuando se está en interacción con los otros y se ponen en juego los diferentes argumentos a partir de las prácticas que se proponen en el aula de clase. · Se privilegia el colectivo porque se necesita de los otros para plantear discusiones que permiten la reelaboración de las ideas individuales que conducen a un nuevo aprendizaje. · Las situaciones cotidianas son el resultado de múltiples interacciones de los diferentes miembros del grupo que se van transformando permanentemente con su historia y manera de ver el mundo, por esta razón no se pueden predeterminar. Es por ello que cada vez se invita a la reflexión en las diferentes situaciones de la vida escolar.

 Los nuevos escenarios del aprendizaje

La aparición de nuevos ambientes de aprendizaje solo tiene sentido en el conjunto de cambios que afectan a todos los elementos del proceso educativo (objetivos, contenidos, profesores, alumnos...). Los cambios en educación, a cualquier escala, para que sean duraderos y puedan asentarse requieren que cualquier afectado por dicho cambio entienda y comparta la misma visión de cómo la innovación hará que mejore la educación: Profesores, administradores, padres y la comunidad educativa entera deben estar involucrados en la concepción y planificación del cambio desde el primer momento.
  
La comprensión de lo que suponen estos cambios puede entenderse mejor mediante lo que Rhodes (1994) describe como construcción de escenarios. Un escenario viene a ser la descripción, en detalle, de lo que estamos concibiendo o imaginando y de lo que significaría, llevado a la realidad, para un grupo particular. En educación los escenarios suelen describir un día o una situación concreta de estudiante o de profesor en un contexto educativo del futuro, y el proceso de creación de estos escenarios ayuda a los implicados en la planificación del cambio a que tengan una mejor comprensión de todo el proceso. Describir escenarios de aprendizaje propiciados por las nuevas tecnologías nos ayudará en el diseño y creación de ambientes de aprendizaje adecuados a las nuevas coordenadas espacio-temporales, a los nuevos objetivos educativos, etc., de tal forma que podamos comprender cómo los cambios afectan a los estudiantes, profesores, centros y a la comunidad. Nuevos  escenarios pueden referirse, tanto al impacto que la introducción de las TIC tiene en la enseñanza convencional, como a la configuración de nuevos escenarios para el aprendizaje. Entre el aula convencional y las posibilidades de acceso a materiales de aprendizaje desde cualquier punto a través de telecomunicaciones existe todo un abanico de posibilidades de acceso a recursos de aprendizaje y de establecer comunicación educativa que deben ser considerados, sobre todo en una proyección de futuro.

En cuanto a lo que consideramos enseñanza convencional, es decir, aquellos ambientes instructivos caracterizados por su organización dentro de un centro educativo que acoge un profesor y una treintena de alumnos y que sigue las pautas de distribución espacial y temporal tradicionales, no parece que la llegada de las nuevas tecnologías vaya a incidir con la actual tecnología. Incidir, en el sentido de transformar el sistema. Las TIC se irán introduciendo como un recurso más, como una herramienta, como un importante banco de recursos, sin provocar cambios importantes en la forma de enseñar. Constituyendo, eso sí, un preciado recurso para profesores y alumnos. En este ámbito urge la explotación de las posibilidades de las redes, que añaden una perspectiva más global y potencian la comunicación, dando una dimensión más abierta a la introducción de las TIC. Pero, al mismo tiempo, se percibe cierta evolución hacia modalidades de aprendizaje abierto, con una oferta educativa flexible, que sirva tanto para aquellos alumnos que siguen la enseñanza presencial, como aquellos que siguen la enseñanza a distancia o por cualquiera de las fórmulas mixtas. Ello requiere modelos pedagógicos nuevos y un fuerte apoyo de tecnologías multimedia interactivas. Las redes de comunicación introducen una configuración tecnológica que potencia este aprendizaje más flexible y, al mismo tiempo, la existencia de nuevos escenarios del aprendizaje.  Del abanico de posibilidades que ofrecen podemos contemplar tres escenarios (Hiltz, 1992; Salinas, 1995): aprendizaje en casa, aprendizaje en el puesto de trabajo y aprendizaje en un centro de recursos de aprendizaje o centro de recursos multimedia.  

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