A diferencia de lo que ocurría hace
100 años, en la sociedad actual resulta bastante fácil para las personas
acceder en cada momento a la información que requieren (siempre que dispongan
de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas competencias
digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración y selección
de información). No obstante, y también a diferencia de lo que ocurría antes,
ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que plantean
continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples
competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC,
estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo...) para crear el
conocimiento preciso que les permita afrontarlas con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los
formadores no es tanto "enseñar" (explicar-examinar) unos
conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles,
como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera
autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y
personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la
inmensa información disponible y las potentes herramientas TIC, tengan en
cuenta sus características (formación centrada en el alumno) y les exijan un
procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan
su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción
pasiva-memorización de la información .Por otra parte, la diversidad de los
estudiantes y de las situaciones educativas que pueden darse, aconseja que los
formadores aprovechen los múltiples recursos disponibles (que son muchos,
especialmente si se utiliza el ciberespacio) para personalizar la acción
docente, y trabajen en colaboración con otros colegas (superando el tradicional
aislamiento, propiciado por la misma organización de las escuelas y la
distribución del tiempo y del espacio) manteniendo una actitud investigadora en
las aulas, compartiendo recursos (por ejemplo a través de las webs docentes),
observando y reflexionando sobre la propia acción didáctica y buscando
progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con las circunstancias
(investigación-acción).
Cada vez se abre más paso su
consideración como un mediador de los aprendizajes de los estudiantes, cuyos
rasgos fundamentales son (Tebar, 2003):
- Es un experto que domina los
contenidos, planifica (pero es flexible)...
- Establece metas: perseverancia,
hábitos de estudio, autoestima, meta cognición...; siendo su principal objetivo
que el mediado construya habilidades para lograr su plena autonomía.
- Regula los aprendizajes, favorece y
evalúa los progresos; su tarea principal es organizar el contexto en el que se
ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el
trabajo colaborativo.
- Fomenta el logro de aprendizajes
significativos, transferibles...
- Fomenta la búsqueda de la novedad:
curiosidad intelectual, originalidad. Pensamiento convergente..
- Potencia el sentimiento de
capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas...
- Enseña qué hacer, cómo, cuándo y por
qué, ayuda a controlar la impulsividad
- Comparte las experiencias de
aprendizaje con los alumnos: discusión reflexiva, fomento de la empatía del
grupo...
- Atiende las diferencias individuales
- Desarrolla en los alumnos actitudes
positivas: valores...
No hay comentarios:
Publicar un comentario